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astróloga
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¡Disfruta!: Marion, antes leí mi horóscopo en el periódico: horrible. Según eso, tendría que haberme quedado en casa…
Marion: ¡Qué bien que salieras de todas formas! Ese tipo de mal llamados horóscopos serán entretenidos, pero no tienen nada que ver con la astrología seria. Muchas redacciones se lo toman a broma…
¡Disfruta!: ¿Y qué me dices sobre las consultas telefónicas y los horóscopos de Internet?
Marion: En estos casos uno no se suele topar con astrólogos profesionales. En el caso de las consultas telefónicas, es improbable que en un tiempo tan corto se puedan obtener respuestas serias. Los horóscopos de Internet, además, en raras ocasiones toman en cuenta la personalidad de quién consulta. Ambos casos son muy sospechosos… ¡Y suponen tirar el dinero!
¡Disfruta!: Entonces, ¿qué es la astrología seria?
Marion: La astrología seria no es adivinación. Las afirmaciones astrológicas se basan en datos astronómicos, calculados de manera matemática y su interpretación se basa en conocimientos que parten de las ciencias experimentales. La astrología, por tanto, es un lenguaje cuya comprensión requiere un estudio intensivo.
¡Disfruta!: Tú estudiaste en el Instituto Astrológico y Psicológico de Zúrich. Es decir: sabes de lo que hablas. ¿Con qué puedo contar si acudo a ti?
Marion: Te muestro las habilidades y cualidades que tienes. Te apoyo en tus razonamientos y te doy impulsos, aclaro e inspiro para que por un lado te comprendas mejor, y por el otro puedas abandonar tu zona de confort con más facilidad, si eso es lo que deseas. En nuestro diálogo se aclaran problemas, se establecen metas, visiones y recursos.
¡Disfruta!: Pero la astrología parte de que la constelación de unos astros específicos en el momento de nuestro nacimiento influye sobre nuestra personalidad y nuestro destino, que con determinadas constelaciones aparecen unos rasgos de carácter y talentos determinados, que cuando se dan constelaciones concretas se debe hacer o dejar de hacer algo…
Marion: La astrología clásica parte de esa premisa, es cierto. Si el ser humano no tuviera libre albedrío y todo estuviera inevitablemente predestinado y, por tanto, pudiera verse en el horóscopo del nacimiento, entonces por ejemplo las vidas de gemelos, nacidos en el mismo momento en el mismo lugar, transcurrirían de manera idéntica. ¡Pero esto no es así! Y es en esto en lo que se diferencia la astrología moderna, más orientada a la psicología, de la astrología clásica.
¡Disfruta!: En preparación a esta entrevista habías realizado mi horóscopo. He de confesar que me he llevado una grata sorpresa: es totalmente diferente a lo que me esperaba. Nada de adivinación, nada de predicciones, nada de florituras esotéricas…
Marion: No, la astrología moderna no un abracadabra. La astrología psicológica y astrológica que yo estudié según el método Huber, es decir, la astrología contemporánea, orientada a la simbología, pone de relieve el libre albedrío y la responsabilidad propia. Cualquier persona es libre de aprovechar o no las tendencias que se le muestran, en el marco de sus inclinaciones y su entorno, siempre con responsabilidad propia.
¡Disfruta!: La astronomía, es decir, el cálculo de la posición de los planetas, y la astrología, es decir, la interpretación de la posición de los planetas, estuvieron estrechamente ligadas durante muchos siglos. ¿Por qué ha cambiado esto con el paso del tiempo?
Marion: A la astronomía y la astrología se le sumaba también la medicina. Un astrólogo que no fuera también médico y astrónomo, no podía practicar. Con el paso del tiempo, este todo, esta complementariedad se fue dividiendo, debido a la especialización de las disciplinas.
¡Disfruta!: ¿Qué es lo que tengo que hacer si quiero consultar contigo? ¿Qué necesitas para la realización de un horóscopo?
Marion: Me llamas o me escribes un email. Necesito tu nombre completo, tu fecha, hora y lugar de nacimiento. Si no conoces la hora en la que nacistes, te puedo ayudar a averiguarla. Y: ¡lo único que tienes que querer es descubrir tus talentos, habilidades, pasiones y posibilidades!
¡Disfruta!: Bonitas palabras para terminar. Marion, ¡muchas gracias!