Inspirado en la lava y el fuego,
alimentado por el mar,
el paisaje y la
profunda pasión por La Palma.
alimentado por el mar,
el paisaje y la
profunda pasión por La Palma.
La Palma, una pequeña isla en las inmensas aguas del Océano Atlántico, no solo es un lugar verdaderamente especial dentro del archipiélago canario por ser la isla más escarpada del mundo y por la imponente fuerza del volcán Tajogaite que nos sorprendió hace tres años, sino que, desde entonces, la Isla Bonita ha captado la atención a nivel mundial. Y con razón: el sol brillante, la naturaleza salvaje con sus profundos barrancos y altas cumbres, junto con la fauna única en medio del Atlántico, hacen que la Isla Bonita sea realmente especial, recordándonos cada día la fuerza indomable de la naturaleza. ¡Y lo maravillosa que es!
Para la reconocida joyería Volcán Verde en Tazacorte, que celebrará su 18º aniversario del 18 al 22 de noviembre, esta fuerza indomable es una fuente constante de inspiración en todas sus formas. De ella surgen conceptos únicos, diseños extravagantes y joyas exclusivas, elaboradas con la más alta pericia y un profesionalismo excepcional.
Este fuerte vínculo con la isla se refleja claramente en los diversos anillos, ya sea en piezas individuales o en anillos de pareja con los legendarios diseños “Gomez”, “Fuego” y la acertada fusión de ambos diseños. Un ejemplo perfecto es la colección “Fuego-Traviesa”, que siempre causa una gran impresión por su diseño único.
Otro aspecto asombroso es la exclusividad de la selección de piedras preciosas en Volcán Verde. Cuando Frank Hofmeister y Lou Rodriguez abren sus cajones, las gemas brillan en todos los colores imaginables. Valiosas piedras como peridoto, brillante, turmalina y ópalo, entre otras, de diversos tonos y tamaños, esperan ser transformadas en piezas únicas. ¡Realmente impresionante! Combinadas con plata, oro o platino, se convierten en joyas eternas, con un carácter único e incomparable, tan especial como quien las lleva.
Volcán Verde se encuentra en el pueblo de Tazacorte, en la hermosa casa roja de la Calle Ángel, justo encima de la iglesia.
Texto y fotos: Uwe S. Meschede