Volvieron siendo ricos. Los que se habían arriesgado y habían logrado algo. Y trajeron con ellos algo que ayudaría a La Palma conseguir una fama especial en el futuro: el tabaco y el arte de la elaboración de puros.
Hablamos de los miles de emigrantes que salieron de La Palma en el siglo XIX para escapar de la pobreza y hacer su fortuna en el nuevo mundo: en Cuba.
El torcedor Timoteo Rodríguez Álvarez
demuestra el arte de hacer puros en el
Museo del Puro Palmero
Por lo visto, nadie sabe exactamente cuál es el origen del tabaco. Pero parece que procede de Perú y Ecuador, desde donde se extendió por todo el continente americano. Sin embargo, sabemos con seguridad que el cultivo del tabaco se perfeccionó en Cuba.
La historia del tabaco palmero comienza en el siglo XIX, cuando muchos palmeros se fueron a Cuba para trabajar como vegeros, es decir como trabajadores en las plantaciones de tabaco, para poder mantener a sus familias en la cada vez más pobre isla Bonita. Pero lo que se trajeron al volver resultó ser mucho más valioso que el sueldo ganado en el exilio de las plantaciones: las mejores semillas de tabaco del mundo, el método de cultivo de la planta sensible, el arte de la composición perfecta y mezcla de las hojas; y el manejo virtuoso del cuchillo en forma de media luna, la chaveta, con la que se corta la capa del puro.
Con el retorno de los emigrantes, que se conmemora todos los años en el día de Los Indianos, se fundaron en La Palma más y más manufacturas de tabaco -chinchales- que durante décadas tuvieron mucho éxito hasta que el moho azul lo destruyó todo en el año 1967. Después, el cultivo de tabaco sólo se recuperó lentamente. Hoy sólo existen algunas pequeñas plantaciones, algunos chinchales y una fábrica de puros.
El museo del puro, abierto desde el año pasado y cuidadosamente diseñado, se sitúa en San Pedro / Breña Alta (martes – sábado 10h-13h) y transmite todas las facetas de la historia del tabaco de una forma impresionante mediante objetos expuestos y una presentación multimedia (español, alemán, inglés). Tampoco se queda fuera la producción artesanal de puros: el torcedor Timoteo Rodríguez Álvarez, de 69 años, demuestra su habilidad.
Conclusión: ¡Hay que visitarlo! ?
El Museo del Puro Palmero en San Pedro/Breña Alta
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